Entrega XIV (07/2000)

Entrega XIV – I (07/2000)

– Examinemos, si os parece, las vías por las que recibís vuestra educación.

  • ¿Nos va a hablar usté de planes y métodos de estudio y tó el rollo? Hombre, no: usté mismo nos ha reconocido que eso es aburrido todo y por esencia. Bastante pelmada es ya estudiar las asignaturas pa los exámenes; pero, si encima hay que estudiar los métodos pa estudiarlas…
  • Naturalmente que no, rapaz. No tengáis miedo. Aquí, ni Dios se aburre. Se me ocurría hablar de las vías o canales por los que os entra información, educación y conocimientos.
  • Ah. ¿Los sentidos… quiere usted decir, maestro?
  • Los sentidos, efectivamente, damisela. ¿Por dónde, si no, os iba a entrar? Y, por lo pronto, dado que la información a través de gusto, olfato y tacto es más bien vaga y poco adecuada para fines educativos….
  • La vista y el oído.
  • Eso es, simpático. Pues bien, oigamos y veamos: ¿qué es lo que…
  • Un momento , maestro, que me parece que no echa usted cuenta de los ciegos y los sordos, que aquí mismo en el Centro hay dos de cada, y reciben su educación igual que los demás.
  • Por cierto, hombre: ¿no somos iguales todos? ¿No estamos en democracia? Lo cual demuestra que no hace falta que nos detengamos en tales casos donde es claro que, por sustitutos, como señas visibles para los unos o caracteres en relieve para los otros, la misma información que en la mayoría, oyentes y videntes, se introduce. Y a la que vamos: ¿qué es lo primero que por esa vía ( a de los ojos – digamos – o sus sustitutos) se nos introduce?
  • Pues lo primero será… las letras.
  • Esacto, pelandusca.
  • Con acentos y tildes y signos de puntuación.
  • Ciertamente, en las escrituras que las usen, empezando por el primero: ¿cuál?
  • ¿Cuál?
  • Pues como siempre, niña, el signo primero está su falta. O sea, por ejemplo, en nuestra escritura…
  • El blanco de letra, su vacío, que distingue una palabra de otra.
  • Ése, por más torpemente que lo haga.
  • Y también los números.
  • Evidentemente, listillo: no pueden los números separarse de las letras. Y, tras los números, todos los otros símbolos de una escritura lógica o matemática que se desarrollen. Y notad al paso que esos tipos de lenguaje no pueden desarrollarse más que por escrito, para los ojos, en el sentido que lo vamos entendiendo.
  • Y ¿las imágenes maestro? ¿no nos dicen que valen más de mil palabras?
  • Ah, sí las imágenes. Pero tú ¿crees que no son lo mismo que letras o palabras?
  • Hombre, así, a primera vista…
  • Pues tendrás que examinarlo a segunda, sobrina mía. Debe de haber ahí un lío, que a lo mejor es el que hoy nos tocaba desenredar. Vamos a ello, inocentes.
  • Pero es que, todavía y con perdón, las señas de los sordomudos…
  • Sí, muchacha, razón llevas o te lleva: no es el mismo caso el de la lectura al tacto de los ciegos: ahí, las señas mismas parecen ser una escritura; y la prueba, que en los códigos usuales cada seña vale por una letra de la escritura mayoritaria. Claro que ahí hay una equivocación que hoy también nos interesa especialmente: las señas de sordomudos no deberían estar por letras, sino directamente por esos elementos que llamamos fonemas los entendidos, o por otras piezas de la lengua, palabras, por ejemplo.
  • Ya: porque “escritura” querrá decir…
  • … una representación de la lengua – ¿no, maestro?
  • Eso: una re-presentación: la lengua lo presenta, la escritura, al presentar a los ojos la lengua, lo re-presenta.
  • ¿Qué es eso de “lo” que anda usted diciendo? ¿El qué?
  • Ah, querida moza, por ahí nos asomamos al misterio. Tal vez es algo temprano para eso. Mejor, sigamos estudiando las relaciones de las letras con la lengua. Son, por cierto, malas relaciones: ambiguas y contradictorias; vamos, como las de un matrimonio normalito.
  • De amor y odio.
  • Si tú lo dices, hechicera. Pero, ante todo, fijáos en la equivocación que os anunciaba: a cada paso se os quiere hacer que confundáis la lengua con la escritura. Se os enseña, por ejemplo, en una misma disciplina, “lengua” con “literatura”, como si fueran cosas del mismo orden, en vez de ser, como son, de reinos diferentes y, por lo tanto, enemigas la una de la otra.
  • Y, si se confunden, ¿cuál queda de las dos encima?
  • Ya lo adivinas, sinuoso: la literatura, naturalmente: lo que ellos quieren es que venzan las letras, o también si las letras son números, para el caso; en fin, la Ciencia, la Cultura. ¿Me seguís?